Nadie nace eterno, nadie nace grande, pero yo sé como
logarlo. Con una pizca de perseverancia, una pizca de paciencia y una pizca de
amor lo imposible se vuelve posible, lo irreal se vuelve real. Las puertas de
la eternidad y de la grandeza no se abren ante los cobardes y débiles de
corazón, sino ante los valientes que soportan las criticas y burlas con una
sonrisa, que crean nuevos caminos para llegar hacia la meta. Todos los caminos
que llevan hacia tu sueño son duros y largos. Además, siempre tienes que vivir
con el miedo a morir mañana sin ver tu sueño cumplido. Pero no por ello te
retiras del camino porque ya tu sueño es más que una obsesión, es tu motivo
para vivir. Y llega el día en el que ves tu sueño cumplido y no por ellos se
agotan tus energías de vivir porque entonces te das cuenta de que el triunfo no
ha sido lo importante, de hecho ha sido lo de menos, lo importante ha sido el
camino donde has conocido a personas especiales en tu vida, donde te has
formado como persona y has demostrado quien eres … y así, con el sabor
agridulce del triunfo, te embarcas en una nueva aventura, en otro sueño.
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