jueves, 30 de agosto de 2012

Prologo

Hay ángeles en el cielo, casi tantos como personas, y su misión es bajar a la tierra para alejarnos de los seres del inframundo y ocultar la presencia de ambos. La historia que a continuación os cuento va sobre uno de estos ángeles, sobre uno de estos seres del inframundo y de cómo los extremos se atraen, los adolescentes buscan lo prohibido, las personas extrañas la normalidad y lo frágil que es la línea entre el bien y el mal. Todo comenzó una tarde a finales de agosto cuando uno de estos ángeles se dirigían a que un arcángel le entregara una nueva misión casi le entro un ataque de risa cuando la leyó; una familia de vampiros había urdido el plan de que su hijo adolescente se matriculara en el instituto para ligarse a una chica y que ella junto a su familia sirviera de comida a toda la familia durante un buen tiempo. Le parecía muy divertido las trampas que los vampiros podían organizar cuando estaban sedientos. Su misión era simple conseguir matricularse en la misma clase que este vampiro e intentar con todas sus fuerzas que no se ligara a ninguna de sus compañeras.

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